La mañana me encontró con ansiedad. Después de dar vueltas toda la noche, finalmente amanecí. Como todas las mañanas, fui al baño y me dí una ducha.
Ese día mi cara no era la de todas las mañanas: tenía los ojos tan hinchados que ni quería mirarme en el espejo. Cuando logré tomar el coraje suficiente para hacerlo, lo vi todo. Tenía marcas en el cuello, en los brazos y la cara hinchada de dormirme con lágrimas en los ojos.
Traté de no pensar y solo actuar. Abrí el agua caliente y me metí en la bañera. Al cabo de un rato, ya estaba listo para empezar a cambiarme. Me cambié y rápidamente comencé a llevar las valijas hacia la puerta de entrada. No pude evitar entrar a la cocina y verlos a los dos desayunando. El dolor no se hacia presente en sus miradas, o si estaba, lo disimulaban a la perfección.
Continué llevando los bolsos y las valijas. Decidí solo llevarme lo imprescindible para ganar tiempo y hacer más ágil la despedida.
Miré el reloj, eran 10.50. A las 11 comenzaría mi nueva vida: la casa de Julia sería mi hogar provisorio.
Desde chicos Julia y yo habíamos sido como hermanos, un poco por destino y un poco por elección. Nos habíamos conocido cuando teníamos 9 años, entrando al 5º grado del primario. Recuerdo el primer día que la conocí: tenía trenzas rubias oscuras y un lunar al estilo Marilyn.
Con el paso de los días nos fuimos acercando y comencé a conocerla más. Al igual que yo, era de Sagitario y más aún, éramos del mismo día. La coincidencia no hizo mas que llenarnos de risas y comparaciones que rápidamente derivaron en el comienzo de una amistad.
Fue una de las pocas personas que estuvo en los momentos más difíciles que me toco atravesar, tanto familiares como personales. Siempre estuvo ahí para apoyarme o darme una palabra de aliento.
Fue ella también a quien le confesé por primera vez aquel verano antes de comenzar la universidad mi homosexualidad y la enorme confusión y temor que me atormentaba en ese momento.
No tarde en tomar una determinación y agarré el teléfono. Sin pensarlo marque el número de aquella remisería de confianza y tan solo unos segundos después un asistente me estaba enviando un auto a mi casa.
Los minutos que me separaron de aquel viaje sin retorno se hicieron eternos. Intenté no pensar pero no lo logré. Los interrogantes rodeaban mi cabeza a toda prisa y el futuro sin planificación alguno se hacia presente en esa tibia mañana.
Escuché un auto. Al instante miré por la pequeña ventana de la cocina. Un coche rojo circulaba despacio en búsqueda de una dirección. Dejé que encontrara mi número mientras comenzaba la peregrinación hacia el garage con todas mis pertenencias.
Bolso tras bolso sentía una rara sensación: la libertad en su máximo esplendor y el dolor de saber que aquel, seria el último día en que compartiría algo con ellos. Continué cargando mis cosas en el auto y siguiendo mis impulsos, cerré la puerta de mi casa y rápidamente subí al remis. Tras un rato ya estaba abrazado a Julia, intentando olvidar los meses de infierno.
Desde chico siempre fui exigido. El mejor alumno, el mejor hijo, el mejor hermano, el mejor compañero. Las presiones siempre fueron parte de mí. Un poco por ser el hijo mayor de un matrimonio que planeó la llegada al mundo de sus dos hijos y un poco por la sobreexigencia con la que fui criado.
Mi mamá, hija y nieta única, siempre vivió bajo presiones, propias y ajenas aprendiendo a ser la mejor en todo y con esos preceptos fuimos criados nosotros.
Siempre, desde que tengo uso de razón, lo que más la preocupo fueron las apariencias y lo que el resto diga. Pues no era extraño que la homosexualidad de su hijo haya sido para ella algo trágico. Sus pensamientos más concurrentes eran: -Que van a decir la familia, los amigos, etc.…
Parecía que su vida sucedía dentro de una vidriera, en la que se “debe” lucir magnifico y mostrar lo perfección en la vida, el matrimonio y los hijos.
Mi padre, en cambio, siempre fue menos interesado en esas cosas y trató de vivir su vida sin hacer caso a críticas ni comentarios. Contra todos los pronósticos y toda su familia, eligió a mi mamá para formar su vida; que paradójico que, justo ella, fanática del “que dirán”, formara parta de la vida de él, alguien que nunca le dio importancia a eso.
Bajé del auto y toqué el timbre. Con la ayuda del taxista bajé todos los bolsos y valijas que llevaba conmigo. En un instante se abrió la puerta, Julia me dió un abrazo enorme, esos que no tienen lugar ni tiempo, esos que hacen que todo y todos por un instante desaparezcan de nuestra mente; detrás Mariano y Sofía, los papas de Julia, se acercaron a nosotros. Luego de los saludos, entramos todo el equipaje al hall de la vieja casa chorizo.
Cerramos la puerta. Finalmente, me saqué los anteojos y dejé ver mis ojos. El dolor se reflejaba en mi cara y mis ojos daban cuenta de eso; rojos e hinchados se presentaron ante el pequeño hall beige. Julia me abrazó por segunda vez y me acarició la espalda.
Entre los dos llevamos todos los bolsos a la habitación. Eran varias valijas, algunos bolsos de manos con objetos personales y un bolso con mi pequeña computadora personal. Nos sentamos en la cama y comencé a contarle mi historia.
-No se como llegamos a esto. No puedo creer todo lo que pasó. Estoy todavía en shock. La única imagen que tengo en mi mente es un nudo de gente peleando sobre una cama, dije con los ojos llenos de lágrimas…
-Pero, como empezó todo, preguntó ella.
No tardé en responderle y desahogar mi dolor. -Yo había llegado del trabajo y me había puesto a ordenar mi habitación. Al rato, comenzó la pesadilla de aquella noche. Primero sus preguntas al aire sobre el paradero de aquel viejo libro de filosofía y luego sus acusaciones contra mí.
-Sos un chorro, gritó con su voz ronca. Me estas robando un libro.
Yo no tardé en responderle. –El libro es mío. Me lo compraron para el colegio, tengo todo el derecho de llevármelo…dije mirándola a los ojos.
-Lo pagué yo, es mío. Sos un chorro. Y anda a saber todas las cosas que te estas robando en las cajas que te llevas… continuó diciendo.
En ese momento, con toda la furia que tenía adentro, fui hasta el living, tomé una de las cajas, la abrí y agarré el libro. Apagué rápidamente la luz, y me dirigí a su habitación. Entré y del peor modo posible, le dije: -Acá tenes tu libro, imbécil. Y revoleé el libro contra su pierna.
Por segunda vez, comenzó a dejar fluir los peores insultos. Acá nadie te quiere, gritaba. Yo mientras tanto, no dejaba de insultarla y responder a sus ataques con más de lo mismo. Mi papá no tardó en intervenir en su defensa.
-Andate a dormir. Agarra tus cosas y salí de acá porque te parto como un queso, decía él. La situación se ponía peor con el paso de los minutos y el inminente final se aproximaba como el desenlace de una tragedia griega.
Los insultos no tardaron en subir de tono. Mientras ella seguía lastimando verbalmente, Él, continuaba intentando hacerlo físicamente. Finalmente sucedió. Me pegó. Agarró mi cuello y lo presionó con fuerza.
En ese momento de mi narración, no pude contener mis lágrimas. Comenzaron a fluir a toda prisa por mi rostro, marcado por el sufrimiento más profundo. Intenté calmarme y continuar mi historia…
-Mi hermano, entre tanto, trató de separarnos, continué, pero no pudo hacerlo. Después de un rato de intentarlo se encerró en su cuarto y no volvió a salir.
De fondo, vacilaciones e insultos se hacían presentes. Yo estaba en crisis: lágrimas y dolor se mezclaban en aquella noche cálida de marzo. Continué mi defensa, como mejor pude, pero una nueva tempestad se acercaba. –Sos un puto de mierda y a tu padre y a mi nos avergonzas, dijo ella sentada en su cama. Destrozado por sus dichos y segado por la tristeza de escuchar algo así de mi madre, la agarre de la muñeca y grité con todas mis fuerzas, -nunca más vuelvas a decirme así hija de mil puta… ella, arrogante e histérica decía: -Dale, pegame así llamo a la policía. –Dale. Mi papá, se acercó a la cama, y empezó a tirarme de una pierna para que la suelte a ella, mientras ella continuaba desafiándome. Mi hermano volvió a intentar separarnos, nuevamente sin éxito. Esa es la imagen que no puedo borrarme de la mente, dije en voz baja a Julia, mientras ella me miraba atónita. Y Continué…Logró que la suelte y me volvió a pegar, pero esta vez, me defendí. Llorando a mares empecé a pegarle con el puño cerrado en el pecho y los hombros mientras lo insultaba.
Pasaron solo unos minutos hasta que tomé la decisión final: me encerré en mi habitación y ahí, decidí que era momento de terminar esta relación enfermiza que nos unía: ellos jamás comprenderían ni respetarían mi homosexualidad y yo jamás cedería en mi felicidad para darles el gusto…
Unos instantes después apoyé mi cabeza contra un almohadón verde mientras Julia me acariciaba la espalda.
-Están enfermos, dijo ella. Lo mejor que te pudo pasar es irte de ahí. No es justo que tengas que pasar por esto. Vos ya tuviste el momento adecuado para madurar tu sexualidad, y no tenes que pasar la maduración de nadie más. Vos sos feliz como sos, y al que no le guste, que no forme parte de tu vida.
Y Ahí nos quedamos, sentados los dos, pensando en lo que había pasado y en lo que vendría.
7.11.10
31.10.10
Sueños.
Soñar.
Soñar un sueño con pasión.
Vivir apasionado un sueño.
Sentir la pasión en el corazón.
Soñar.
Aquella capacidad humana de imaginar
Volar en cada segundo buscando el logro.
Imaginar sueños que conformen la vida.
Vivir.
Vivir a cada instante soñando la vida.
Imaginar la vida que siempre soñaste
Vivir la vida que siempre anhelaste.
Soñar.
Soñar una y mil veces,
Soñar despierto, tal vez dormido,
Soñar con el corazón, con la mente y con pasión
Nunca dejes de soñar.
Soñar un sueño con pasión.
Vivir apasionado un sueño.
Sentir la pasión en el corazón.
Soñar.
Aquella capacidad humana de imaginar
Volar en cada segundo buscando el logro.
Imaginar sueños que conformen la vida.
Vivir.
Vivir a cada instante soñando la vida.
Imaginar la vida que siempre soñaste
Vivir la vida que siempre anhelaste.
Soñar.
Soñar una y mil veces,
Soñar despierto, tal vez dormido,
Soñar con el corazón, con la mente y con pasión
Nunca dejes de soñar.
23.10.10
Peregrinación (Parte I)
-¡Hijo de Puta! Grité con lágrimas en mis ojos.
Soy tu hijo, cómo podes ser así conmigo?, continué. El dolor se hacia carne en mí. Las preguntas se presentaban sin respuesta. De fondo, las atrocidades de su boca fluían a toda prisa, mientras mi alma se despedazaba.
-Vos sos una vergüenza para nosotros, tu padre y yo queremos que te vayas de nuestra casa, gritaba con su voz ronca mientras movimientos bruscos hacían parecer su cuerpo a una tempestad. Las palabras eran realmente convincentes, se había terminado.
Quizá habíamos sido incrédulos al creer que sería posible llevar adelante una convivencia a pesar de la situación. Quizá nuestras ganas de no terminarlo eran más fuertes que darle el merecido y tan buscado corte a la situación.
-Sos una mierda, una mierda, una mierda.. repetía con lágrimas rodando por mis mejillas. Más lo decía, y más lo creía. Ahora entiendo porqué ninguno de mis tíos te quiere, grité frente a sus ojos. Ella, inmóvil y fría, miraba mis ojos café sin percatarse de lo que realmente estaba sucediendo… estaba terminando nuestra relación. Se estaba acabando después de una larga y dolorosa condena a muerte.
Aquella madrugada de otoño cambié mi destino. Entre lágrimas tomé el teléfono y marqué rápidamente su número. –Me voy gorda, no puedo más… dije llorando. No puedo más, esto es horrendo, continué.
-Pará, tranquilizate, dijo ella, qué paso?
-No puedo más, repetía despacio
-Pero, que pasó?
Como pude, le conté toda la historia de aquella noche. Sus golpes, los míos y el gran dolor frente a mi reacción. Tenía herido el cuerpo, pero también mi alma. Había traspasado todos los límites. Le había levantado la mano a mi padre, y aunque fue en defensa propia, eso me había herido en lo más profundo.
-Esto no puede seguir así, me dijo ella. Y la interrumpí. –me voy a ir de acá… no quiero estar mas acá. Y pregunté.. ¿Puedo irme a tu casa aunque sea por estos días, hasta que pueda acomodarme en algún lado más tranquilo?
Corté el teléfono. Sabía que mi vida cambiaria en la mañana siguiente. Tome la computadora y rápidamente avise a Allegra, mi amiga, que no iría a mi primera clase en la universidad, y que luego le contaría. Me senté un segundo y reflexioné hacia donde me estaba conduciendo.
Fui a la habitación de ellos. Sin levantar la mirada, pude ver la espalda de mi padre y a mi madre viendo televisión. Caminé hasta el placard y tomé mi bolso evitando hacer ruidos.
Mi amada valija verde, aquella que tanto me había acompañado en mi vida. Esa fiel compañera que estuvo conmigo durante todos los momentos más lindos y divertidos.
Salí rápido del cuarto. Las lágrimas seguían fluyendo continuamente, y aunque trataba con todas mis fuerzas detenerlas, era imposible que eso sucediera.
Dos ambientes más adelante, encontré a mi hermano. Entre poca luz logré verlo sentado sobre la pileta de lavar. Solo, expresaba su impotencia e ira de la única manera que podía, llorando. Me soplé la nariz y fui a mi habitación.
A modo de rito, comencé a sacar mi ropa. Tomando cada prenda de mi placard, empezaba a ser más conciente de lo que realmente sucedía. Después de los dichos y los actos, de los insultos y los dolores parciales, había llegado el día en que dejaría de vivir enfermándome con gente enferma. Guarde todo lo que pude y decidí dormirme, pensando simplemente en lo que venía, sin mirar en lo que pasó, solo para respirar aire puro.
Soy tu hijo, cómo podes ser así conmigo?, continué. El dolor se hacia carne en mí. Las preguntas se presentaban sin respuesta. De fondo, las atrocidades de su boca fluían a toda prisa, mientras mi alma se despedazaba.
-Vos sos una vergüenza para nosotros, tu padre y yo queremos que te vayas de nuestra casa, gritaba con su voz ronca mientras movimientos bruscos hacían parecer su cuerpo a una tempestad. Las palabras eran realmente convincentes, se había terminado.
Quizá habíamos sido incrédulos al creer que sería posible llevar adelante una convivencia a pesar de la situación. Quizá nuestras ganas de no terminarlo eran más fuertes que darle el merecido y tan buscado corte a la situación.
-Sos una mierda, una mierda, una mierda.. repetía con lágrimas rodando por mis mejillas. Más lo decía, y más lo creía. Ahora entiendo porqué ninguno de mis tíos te quiere, grité frente a sus ojos. Ella, inmóvil y fría, miraba mis ojos café sin percatarse de lo que realmente estaba sucediendo… estaba terminando nuestra relación. Se estaba acabando después de una larga y dolorosa condena a muerte.
Aquella madrugada de otoño cambié mi destino. Entre lágrimas tomé el teléfono y marqué rápidamente su número. –Me voy gorda, no puedo más… dije llorando. No puedo más, esto es horrendo, continué.
-Pará, tranquilizate, dijo ella, qué paso?
-No puedo más, repetía despacio
-Pero, que pasó?
Como pude, le conté toda la historia de aquella noche. Sus golpes, los míos y el gran dolor frente a mi reacción. Tenía herido el cuerpo, pero también mi alma. Había traspasado todos los límites. Le había levantado la mano a mi padre, y aunque fue en defensa propia, eso me había herido en lo más profundo.
-Esto no puede seguir así, me dijo ella. Y la interrumpí. –me voy a ir de acá… no quiero estar mas acá. Y pregunté.. ¿Puedo irme a tu casa aunque sea por estos días, hasta que pueda acomodarme en algún lado más tranquilo?
Corté el teléfono. Sabía que mi vida cambiaria en la mañana siguiente. Tome la computadora y rápidamente avise a Allegra, mi amiga, que no iría a mi primera clase en la universidad, y que luego le contaría. Me senté un segundo y reflexioné hacia donde me estaba conduciendo.
Fui a la habitación de ellos. Sin levantar la mirada, pude ver la espalda de mi padre y a mi madre viendo televisión. Caminé hasta el placard y tomé mi bolso evitando hacer ruidos.
Mi amada valija verde, aquella que tanto me había acompañado en mi vida. Esa fiel compañera que estuvo conmigo durante todos los momentos más lindos y divertidos.
Salí rápido del cuarto. Las lágrimas seguían fluyendo continuamente, y aunque trataba con todas mis fuerzas detenerlas, era imposible que eso sucediera.
Dos ambientes más adelante, encontré a mi hermano. Entre poca luz logré verlo sentado sobre la pileta de lavar. Solo, expresaba su impotencia e ira de la única manera que podía, llorando. Me soplé la nariz y fui a mi habitación.
A modo de rito, comencé a sacar mi ropa. Tomando cada prenda de mi placard, empezaba a ser más conciente de lo que realmente sucedía. Después de los dichos y los actos, de los insultos y los dolores parciales, había llegado el día en que dejaría de vivir enfermándome con gente enferma. Guarde todo lo que pude y decidí dormirme, pensando simplemente en lo que venía, sin mirar en lo que pasó, solo para respirar aire puro.
1.8.10
Pleni(tu)d
Me siento pleno.
La plenitud ha llenado mi alma.
Me siento felíz:
Felizmente logré lo que me propuse.
Me siento completo:
Completé aquel viejo plan archivado.
Me siento bien:
Lo hice solo y como debía.
Y estoy plenamente conciente de
que el destino que escribí
no fue tan fácil como creí;
más, quien dijo que sería así?
más, quien recordó todo lo que pasó?
Ya no hay dolor,
Sólo Pasión,
sólo Amor,
y un lienzo en blanco
esperando tus primeras
líneas.
La plenitud ha llenado mi alma.
Me siento felíz:
Felizmente logré lo que me propuse.
Me siento completo:
Completé aquel viejo plan archivado.
Me siento bien:
Lo hice solo y como debía.
Y estoy plenamente conciente de
que el destino que escribí
no fue tan fácil como creí;
más, quien dijo que sería así?
más, quien recordó todo lo que pasó?
Ya no hay dolor,
Sólo Pasión,
sólo Amor,
y un lienzo en blanco
esperando tus primeras
líneas.
22.7.10
miles.
miles.
miles de heridas,
miles de heridas que curar.
miles de sufrimientos que aplacar,
miles de cosas por superar.
miles,
miles de corazonadas por pasar.
miles de sueños por realizar.
miles,
miles son las cosas que quiero lograr.
miles,
miles son mis deseos por concretar.
Y entre miles de palabras
me pierdo en la tempestad
y entre miles de fantasias
simplemente me dejo llevar.
miles,
miles de cosas por concretar
y toda la fuerza para lograr
avanzar.
miles de heridas,
miles de heridas que curar.
miles de sufrimientos que aplacar,
miles de cosas por superar.
miles,
miles de corazonadas por pasar.
miles de sueños por realizar.
miles,
miles son las cosas que quiero lograr.
miles,
miles son mis deseos por concretar.
Y entre miles de palabras
me pierdo en la tempestad
y entre miles de fantasias
simplemente me dejo llevar.
miles,
miles de cosas por concretar
y toda la fuerza para lograr
avanzar.
9.7.10
Elección.
Elegir,
elegir un camino
elegir un destino.
Decisión;
acompañada de fuerte convicción.
Elijo.
Elijo hacer mi propio destino.
Elegir este camino,
elegir el andar
elegir la compañia,
y por qué no, la condición.
Quizá
no quiero creer
que errada fue mi elección,
y más aun la convicción
con la que enfrenté mi decisión.
Y entre elecciones y errores
en un mareo de emoción,
decido reveer la eleccion
y hacer caso a MI razón.
elegir un camino
elegir un destino.
Decisión;
acompañada de fuerte convicción.
Elijo.
Elijo hacer mi propio destino.
Elegir este camino,
elegir el andar
elegir la compañia,
y por qué no, la condición.
Quizá
no quiero creer
que errada fue mi elección,
y más aun la convicción
con la que enfrenté mi decisión.
Y entre elecciones y errores
en un mareo de emoción,
decido reveer la eleccion
y hacer caso a MI razón.
27.6.10
Extraño.
Extraño tu calidez rodeando mi alma,
extraño la inmensidad con la que me abrazabas,
extraño cuidarte,
tenerte,
mimarte,
y hasta creo que extraño
Amarte.
Extraño mis tardes con vos,
extraño mis dias con vos,
Te extraño en mi vida.
Simplemente te extraño,
pero sé que sos un extraño
a quien ya no debo extrañar
y simplemente, olvidar.
extraño la inmensidad con la que me abrazabas,
extraño cuidarte,
tenerte,
mimarte,
y hasta creo que extraño
Amarte.
Extraño mis tardes con vos,
extraño mis dias con vos,
Te extraño en mi vida.
Simplemente te extraño,
pero sé que sos un extraño
a quien ya no debo extrañar
y simplemente, olvidar.
21.6.10
Carta al Amor.
Querido Amor:
¿Dónde has estado? ¿Por qué me has dejado?
Llevo días pensándote. Días imaginando como sería mi vida con vos.
Debo decirte que no es nada fácil que no estés en la casa.
Tu ausencia es notoria en vuestras vidas:
El silencio colma los pasillos, los ambientes se sienten apagados y
los pajarillos ya no entonan aquellas melodías que disfrutabamos.
Las cosas aquí siguen como de costumbre: Una organizada rutina semanal,
el éxito en todas las tareas siempre empañado por tu ausencia.
El clima ha estado algo fresco. Las flores están marchitando y
quizá la música y la poesía no sea lo que tu y yo recordamos, pero todos
y cada uno de esos cambios son exclusivamente por no tenerte aquí.
Cada mañana al amanecer, dejo todo perfectamente listo por si llegaras
a venir de imprevisto.
Tu pequeña cama, tus suaves y delicadas sabanas de lino y tu viejo pijama blanco.
Debo confesarte que amaría la loca idea de encontrarme en mis tareas habituales y
ser sorprendido por tí en mi puerta.
Ay Amor qué bello eres!
Iluminas cualquier sitio en el mundo. Tienes la fuerza para acompañar al logro,
la pasión para vivir al límite y la belleza eterna de los jovenes amantes.
Debo reconocer que ésta no es mi primera carta: Te he escrito una por mes durante varios años.
Cierto día, empecé a pensar que no volverías:
He llegado a pensar: Oh! El amor ha muerto.
Sin embargo, he decidido volver a escribirte.
Eres tan hermoso que no me perdonaría jamás olvidarte.
Más quiero que sepas, mi querido Amor, que te pensé y te necesité cada día de mi pequeña vida.
Escríbeme! Cuentame que ha sido de tí.
Yo siempre estaré dispuesto a leer tus líneas...
¿Dónde has estado? ¿Por qué me has dejado?
Llevo días pensándote. Días imaginando como sería mi vida con vos.
Debo decirte que no es nada fácil que no estés en la casa.
Tu ausencia es notoria en vuestras vidas:
El silencio colma los pasillos, los ambientes se sienten apagados y
los pajarillos ya no entonan aquellas melodías que disfrutabamos.
Las cosas aquí siguen como de costumbre: Una organizada rutina semanal,
el éxito en todas las tareas siempre empañado por tu ausencia.
El clima ha estado algo fresco. Las flores están marchitando y
quizá la música y la poesía no sea lo que tu y yo recordamos, pero todos
y cada uno de esos cambios son exclusivamente por no tenerte aquí.
Cada mañana al amanecer, dejo todo perfectamente listo por si llegaras
a venir de imprevisto.
Tu pequeña cama, tus suaves y delicadas sabanas de lino y tu viejo pijama blanco.
Debo confesarte que amaría la loca idea de encontrarme en mis tareas habituales y
ser sorprendido por tí en mi puerta.
Ay Amor qué bello eres!
Iluminas cualquier sitio en el mundo. Tienes la fuerza para acompañar al logro,
la pasión para vivir al límite y la belleza eterna de los jovenes amantes.
Debo reconocer que ésta no es mi primera carta: Te he escrito una por mes durante varios años.
Cierto día, empecé a pensar que no volverías:
He llegado a pensar: Oh! El amor ha muerto.
Sin embargo, he decidido volver a escribirte.
Eres tan hermoso que no me perdonaría jamás olvidarte.
Más quiero que sepas, mi querido Amor, que te pensé y te necesité cada día de mi pequeña vida.
Escríbeme! Cuentame que ha sido de tí.
Yo siempre estaré dispuesto a leer tus líneas...
19.6.10
Change
Change your mind,
maybe your way.
Change your style,
maybe your clothes.
Change your city & house,
perhaps your boyfriend.
But never never
Change your soul.
Respect your voice within,
Always be honest to your choices,
and every day...
...believe in your Dreams.
maybe your way.
Change your style,
maybe your clothes.
Change your city & house,
perhaps your boyfriend.
But never never
Change your soul.
Respect your voice within,
Always be honest to your choices,
and every day...
...believe in your Dreams.
12.6.10
Lagrimal.
Perdido y sin respuestas,
dejé fluir un sinfin de lágrimas.
Lloré por vos en la cocina,
Lloré por vos en el jardín,
repasé cada capitulo del
freak show que armamos y
dejé que el dolor me abandonara.
Lloré por vos en la acera,
y expuse mi integridad a los otros.
Lloré por vos en el taxi,
con aquel tema tan conmovedor
que solíamos escuchar.
Lloré diseñando,
Lloré pensando.
Más ningún llanto logro responderme
en que capítulo de esta historia
tu y yo nos encontramos parados.
Uno tras otro logro recordarlos
sin poder en mi mente ordernlos.
Y me odio por intentar organizarlos
más si dejo de pensarlos
quiza comience a olvidarlos,
o quizá a repensarlos...
dejé fluir un sinfin de lágrimas.
Lloré por vos en la cocina,
Lloré por vos en el jardín,
repasé cada capitulo del
freak show que armamos y
dejé que el dolor me abandonara.
Lloré por vos en la acera,
y expuse mi integridad a los otros.
Lloré por vos en el taxi,
con aquel tema tan conmovedor
que solíamos escuchar.
Lloré diseñando,
Lloré pensando.
Más ningún llanto logro responderme
en que capítulo de esta historia
tu y yo nos encontramos parados.
Uno tras otro logro recordarlos
sin poder en mi mente ordernlos.
Y me odio por intentar organizarlos
más si dejo de pensarlos
quiza comience a olvidarlos,
o quizá a repensarlos...
7.6.10
Middle (ofNowhere)
In middle of nowhere
What do you think about dreams?
what do you know about us?
It's time to clear our hearts,
and take the right way for this time.
Believe me.
Maybe we dont share the same dream,
or maybe the dream it's not about us.
Remember me.
You have the power and courage
to do what do u feel.
Feel me.
my heart still loves you
but my mind still needs forget you.
It's not about us
It's about me.
What do you think about dreams?
what do you know about us?
It's time to clear our hearts,
and take the right way for this time.
Believe me.
Maybe we dont share the same dream,
or maybe the dream it's not about us.
Remember me.
You have the power and courage
to do what do u feel.
Feel me.
my heart still loves you
but my mind still needs forget you.
It's not about us
It's about me.
5.6.10
Open.
open your eyes...
to the beauty around you!
open your mind...
to the wonders of life!
open your heart...
to those who love you!
and always
...stay true to yourself!
to the beauty around you!
open your mind...
to the wonders of life!
open your heart...
to those who love you!
and always
...stay true to yourself!
4.6.10
Perder(se)
Regresar.. Ir y Perderse.
Me perdí, no supe donde ir,
Ni siquiera Regresar.
Jugué.
Aposté un alma, Perdí una vida.
Gané Mi Vida.
Me fuí. Perdí. Gané
Nunca me rendí.
Regresé.
Vi irse a Mi Pasado.
Mente y Alma sin rumbo.
Lograr. Regresar
Sentir el reencuentro de mi
Mente y Alma disfrutando
el Gocé del Vivir...
Me perdí, no supe donde ir,
Ni siquiera Regresar.
Jugué.
Aposté un alma, Perdí una vida.
Gané Mi Vida.
Me fuí. Perdí. Gané
Nunca me rendí.
Regresé.
Vi irse a Mi Pasado.
Mente y Alma sin rumbo.
Lograr. Regresar
Sentir el reencuentro de mi
Mente y Alma disfrutando
el Gocé del Vivir...
29.5.10
LoversLetters
My thoughts go out to you, my immortal beloved. I can live only wholly with you or not at all.
Your love makes me at once the happiest and the unhappiest of men.
Be calm, only by a calm consideration of our existence can we achieve our purpose to live together. Be calm and love me -today and yesterday-.
Never misjudge the most faithful heart of your beloved.
Ever thine,
Ever mine,
Ever ours.
Your love makes me at once the happiest and the unhappiest of men.
Be calm, only by a calm consideration of our existence can we achieve our purpose to live together. Be calm and love me -today and yesterday-.
Never misjudge the most faithful heart of your beloved.
Ever thine,
Ever mine,
Ever ours.
27.5.10
Superación
Luchamos por suceder,
vivimos por superar.
Imaginamos el futuro,
enterramos el pasado.
Superamos las cosas.
Las cosas nos superan
Las cosas suceden,
Suceden las superaciones.
Sin fin cíclico,
Destino a la cabeza
y un juego de Azar.
vivimos por superar.
Imaginamos el futuro,
enterramos el pasado.
Superamos las cosas.
Las cosas nos superan
Las cosas suceden,
Suceden las superaciones.
Sin fin cíclico,
Destino a la cabeza
y un juego de Azar.
26.5.10
Deberes/Obligaciones
No debo pensarte/ Debo no pensarte
Ni quererte, ni esperarte/ Debo no quererte ni esperarte.
No debo mirarte, imaginarte ni soñarte.
Debo dejar de observarte o imaginarte.
No debo recordarte, debo no rememorarte.
No debo añorarte, y debo alejarte.
Deber
Obligación.
Debo
Me Obligo.
Deberia no ser una obligacion olvidarte.
Deberia no necesitar un post-it para
dejar de recordarte.
Ni quererte, ni esperarte/ Debo no quererte ni esperarte.
No debo mirarte, imaginarte ni soñarte.
Debo dejar de observarte o imaginarte.
No debo recordarte, debo no rememorarte.
No debo añorarte, y debo alejarte.
Deber
Obligación.
Debo
Me Obligo.
Deberia no ser una obligacion olvidarte.
Deberia no necesitar un post-it para
dejar de recordarte.
24.5.10
Plegaria.
Escuchó un sonido y notó la advertencia de su teléfono móvil: era tiempo de novedades.
Por un segundo se detuvo el mundo y las imágenes comenzaron a circular a toda velocidad por su córnea.
Sentía haber vivido siglos y solo eran minutos.
Sentía una opresión en su pecho: quizá el dolor, quizá el abandono o la incertidumbre del presente.
Reflexionó. Se sentó y miró por la pequeña ventana con el horizonte pintado de fondo.
Contempló uno tras otro los sucesos: los pensó, sintió. Permitió que hicieran carne en él y hasta admitió una suave lágrima rodando por su mejilla.
Nuevamente. Repasó cada detalle de uno y de todos los días de su infierno. Se transportó allí y hasta replanteó las situaciones de una y mil maneras. Jugó con su alma y la de todos los participantes.
Volvió a escuchar el sonido. Se acercó y temió mirar el memo. El pánico lo alejó de la mesa nuevamente hacia la ventana.
La tenacidad lo empujo a volver y las agallas a tomar el teléfono. Lo miró y en sus adentros pronunció.
-Díos te bendiga. Te quiero mucho.
Su alma se detuvo. Su corazón palpitó. Eran noticias de su pasado.
Levanto la mirada e intentó formar un pensamiento. Ávido entre la muchedumbre de palabras y confusiones, logró tomar los vocablos adecuados.
-Ya he sido bendecido. Toda la gente tóxica se ha ido de mi camino. Se dijo a sí mismo.
Tiró su teléfono sobre la mesa y salió a la vida nuevamente.
Por un segundo se detuvo el mundo y las imágenes comenzaron a circular a toda velocidad por su córnea.
Sentía haber vivido siglos y solo eran minutos.
Sentía una opresión en su pecho: quizá el dolor, quizá el abandono o la incertidumbre del presente.
Reflexionó. Se sentó y miró por la pequeña ventana con el horizonte pintado de fondo.
Contempló uno tras otro los sucesos: los pensó, sintió. Permitió que hicieran carne en él y hasta admitió una suave lágrima rodando por su mejilla.
Nuevamente. Repasó cada detalle de uno y de todos los días de su infierno. Se transportó allí y hasta replanteó las situaciones de una y mil maneras. Jugó con su alma y la de todos los participantes.
Volvió a escuchar el sonido. Se acercó y temió mirar el memo. El pánico lo alejó de la mesa nuevamente hacia la ventana.
La tenacidad lo empujo a volver y las agallas a tomar el teléfono. Lo miró y en sus adentros pronunció.
-Díos te bendiga. Te quiero mucho.
Su alma se detuvo. Su corazón palpitó. Eran noticias de su pasado.
Levanto la mirada e intentó formar un pensamiento. Ávido entre la muchedumbre de palabras y confusiones, logró tomar los vocablos adecuados.
-Ya he sido bendecido. Toda la gente tóxica se ha ido de mi camino. Se dijo a sí mismo.
Tiró su teléfono sobre la mesa y salió a la vida nuevamente.
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