23.10.10

Peregrinación (Parte I)

-¡Hijo de Puta! Grité con lágrimas en mis ojos.
Soy tu hijo, cómo podes ser así conmigo?, continué. El dolor se hacia carne en mí. Las preguntas se presentaban sin respuesta. De fondo, las atrocidades de su boca fluían a toda prisa, mientras mi alma se despedazaba.

-Vos sos una vergüenza para nosotros, tu padre y yo queremos que te vayas de nuestra casa, gritaba con su voz ronca mientras movimientos bruscos hacían parecer su cuerpo a una tempestad. Las palabras eran realmente convincentes, se había terminado.
Quizá habíamos sido incrédulos al creer que sería posible llevar adelante una convivencia a pesar de la situación. Quizá nuestras ganas de no terminarlo eran más fuertes que darle el merecido y tan buscado corte a la situación.
-Sos una mierda, una mierda, una mierda.. repetía con lágrimas rodando por mis mejillas. Más lo decía, y más lo creía. Ahora entiendo porqué ninguno de mis tíos te quiere, grité frente a sus ojos. Ella, inmóvil y fría, miraba mis ojos café sin percatarse de lo que realmente estaba sucediendo… estaba terminando nuestra relación. Se estaba acabando después de una larga y dolorosa condena a muerte.

Aquella madrugada de otoño cambié mi destino. Entre lágrimas tomé el teléfono y marqué rápidamente su número. –Me voy gorda, no puedo más… dije llorando. No puedo más, esto es horrendo, continué.
-Pará, tranquilizate, dijo ella, qué paso?
-No puedo más, repetía despacio
-Pero, que pasó?
Como pude, le conté toda la historia de aquella noche. Sus golpes, los míos y el gran dolor frente a mi reacción. Tenía herido el cuerpo, pero también mi alma. Había traspasado todos los límites. Le había levantado la mano a mi padre, y aunque fue en defensa propia, eso me había herido en lo más profundo.

-Esto no puede seguir así, me dijo ella. Y la interrumpí. –me voy a ir de acá… no quiero estar mas acá. Y pregunté.. ¿Puedo irme a tu casa aunque sea por estos días, hasta que pueda acomodarme en algún lado más tranquilo?
Corté el teléfono. Sabía que mi vida cambiaria en la mañana siguiente. Tome la computadora y rápidamente avise a Allegra, mi amiga, que no iría a mi primera clase en la universidad, y que luego le contaría. Me senté un segundo y reflexioné hacia donde me estaba conduciendo.

Fui a la habitación de ellos. Sin levantar la mirada, pude ver la espalda de mi padre y a mi madre viendo televisión. Caminé hasta el placard y tomé mi bolso evitando hacer ruidos.
Mi amada valija verde, aquella que tanto me había acompañado en mi vida. Esa fiel compañera que estuvo conmigo durante todos los momentos más lindos y divertidos.
Salí rápido del cuarto. Las lágrimas seguían fluyendo continuamente, y aunque trataba con todas mis fuerzas detenerlas, era imposible que eso sucediera.

Dos ambientes más adelante, encontré a mi hermano. Entre poca luz logré verlo sentado sobre la pileta de lavar. Solo, expresaba su impotencia e ira de la única manera que podía, llorando. Me soplé la nariz y fui a mi habitación.
A modo de rito, comencé a sacar mi ropa. Tomando cada prenda de mi placard, empezaba a ser más conciente de lo que realmente sucedía. Después de los dichos y los actos, de los insultos y los dolores parciales, había llegado el día en que dejaría de vivir enfermándome con gente enferma. Guarde todo lo que pude y decidí dormirme, pensando simplemente en lo que venía, sin mirar en lo que pasó, solo para respirar aire puro.

1 comentario:

  1. Es dificil en la vida estar en paz con uno mismo... la paz nos libera, la paz supera al dolor, la paz es el camino al amor. La paz es el camino!!!

    Si estas en paz con vos mismo vas a poder ser feliz, vas a poder dar todo eso que tenes, vas a poder amar, vas a dsifrutar, vas a vivir, vas a llorar y reir de felicidad, vas a vivir, vas a celebrar, vas a compartir, vas a ser amado, vas a vivir amigo... vamos a vivir?

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