Y llegó ese día,
en el que el descubrimiento se hizo presente,
llegó después de un largo viaje,
luego de haber transitado caminos,
de haber andado entre sentimientos,
lágrimas y amor.
cada paso que dió fue en firme,
con temor pero avanzando.
el miedo y la inseguridad lo envolvieron
como una ráfaga de viento en una tormenta de verano.
la brisa lo transformó,
le hizo ver su dolor y sus miserias
a orillas del río del dolor, se sentó,
y decidió que era tiempo de dejar de lastimar y sanar las heridas.
así, descubrió un espacio en su corazón que aún desconocía,
y comenzó un nuevo capítulo,
perdonandose a sí mismo, por descubrir algo feo dentro de sí.
tras un rato, una idea rondó su cabeza:
descubrirse es un regalo increible que la vida nos está dando,
para conocernos y mejorar los aspectos que no nos hacen felices.
5.1.12
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